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¿Por qué se levantó la seguridad del Palacio de Justicia en noviembre de 1985, a pesar de que eran públicas las amenazas del capo Pablo Escobar contra la Corte Suprema y de que apenas semanas antes se había descubierto un plan de la guerrilla del M-19 para tomarse el edificio? ¿Hasta dónde llegaron los contactos entre los jefes del M-19 y Escobar antes del asalto al Palacio? ¿Qué tan profundo fue el ‘vacío de poder’ en el gobierno Betancur frente a la retoma militar de la sede de la justicia?Preguntas como esas, que siguen sin una respuesta inequívoca 40 años después del holocausto, fueron abordadas ayer en el foro realizado por la Universidad Externado de Colombia y EL TIEMPO sobre las heridas abiertas del Palacio de Justicia. El evento, instalado por el rector Hernando Parra Nieto, convocó a los responsables de las investigaciones históricas sobre el caso y a familiares de las víctimas.“El holocausto del Palacio de Justicia desafió los cimientos del Estado de derecho. En ese fuego quedaron la vida de los magistrados, de los servidores judiciales, muchos de ellos nuestros profesores. Pero también recordamos a los civiles inocentes (…). Hoy, más que nunca, nuestra querida patria necesita una memoria con justicia”, dijo el rector Parra.En la universidad Externado se llevó a cabo el Gran Foro 1985 Palacio de Justicia. Foto:MAURICIO MORENOEl primer panel, moderado por el director de EL TIEMPO, Andrés Mompotes Lemos, contó con la participación del exfiscal y exprocurador Alfonso Gómez Méndez; el exmagistrado Nilson Pinilla; la exministra de Justicia y exfiscal del caso Ángela María Buitrago, y el exministro de Justicia Yesid Reyes, hijo del magistrado Alfonso Reyes Echandía, presidente de la llamada ‘corte admirable’ inmolada en 1985.Reyes desmintió una vez más que, como lo aseguraron generales de la época, el presidente de la Corte hubiera ordenado el levantamiento de la seguridad. Los panelistas coincidieron en que se trató de “una toma anunciada” y señalaron la solidez de la tesis ‘de la ratonera’, desarrollada por la Comisión de la Verdad de la Corte Suprema en el 2010 y según la cual los mandos militares de la época dejaron desprotegido el Palacio para poder asestarle allí una derrota contundente al M-19.Escenas de la toma realizada por la guerrilla del M-19 al
Palacio de Justicia. Foto:Archivo. EL TIEMPO.“Ese día, además, se notificaba una sentencia por violación de derechos humanos contra el Ejército. El exgeneral (Rafael) Samudio tuvo que notificarse ese día. Cuando él y sus escoltas ingresan a Palacio, se dan cuenta de que no hay seguridad, por lo cual era claro que sabían que no había el blindaje necesario”, cuestionó Buitrago.Sobre la plata del narcotráfico en la financiación de la toma, el exmagistrado Pinilla, miembro de la Comisión de la Verdad de la Corte, consideró que era un hecho probado que para la época de los hechos había claros nexos entre Pablo Escobar e Iván Marino Ospina, quien era uno de los jefes del M-19. Según el exmagistrado, la verdadera misión del comando guerrillero era asesinar a los magistrados que defendían la extradición.Por su lado, la exfiscal Buitrago señaló que no hay un expediente judicial que se haya ocupado puntualmente de ese tema y resaltó que las versiones de Jhon Jairo Vásquez Velásquez, alias Popeye (jefe de sicarios de Escobar), son contradictorias en lo que respecta a la plata del cartel de Medellín. El exfiscal y exprocurador Gómez Méndez coincidió en esa ausencia de certezas judiciales sobre la financiación de los narcos.Foro Universidad Externado y EL TIEMPO: las voces de las víctimas del holocausto del Palacio. Foto:ArchivoPor su lado, el exministro Reyes recordó que por la época ya ejercía como penalista y que uno de sus clientes en el pabellón de los extraditables lo abordó a finales de octubre para decirle que era mejor que su papá, el magistrado Reyes Echandía, no estuviera en el Palacio de Justicia para la primera semana de noviembre porque “algo iba a pasar”. “Esa es la razón por la que acudí al general Víctor Delgado Mallarino (director de la Policía) y le conté, pidiéndole reforzar la seguridad. Él me respondió que no era necesario: ‘Yesid, le garantizo que a su padre no le va a pasar nada’, me dijo”, recordó el exministro.Sobre el control real que tuvo el entonces presidente Belisario Betancur sobre la operación de retoma, Gómez cuestionó la versión oficial según la cual no se podía negociar con una corte secuestrada. Así, dijo que antes y después el Estado negoció con los secuestradores: “El presidente Betancur no manejó la situación ni comandó la retoma (…). Él se fue con ese secreto, pero claramente hubo un vacío de poder”.Alfonso Gómez, en el foro. Foto:MAURICIO MORENOPara el exmagistrado Pinilla, “aún están por determinarse las responsabilidades de esta página tan cruenta de la historia de Colombia. No cabe duda de que el M-19 es el máximo responsable, pero hay otros dos: el presidente Belisario Betancur, que quedó completamente al margen, y las unidades del Ejército que llegaron al Palacio de Justicia a aniquilar a los integrantes del M-19 que estaban adentro, no a rescatar a los rehenes”, apuntó.En el segundo panel, moderado por Jhon Torres, editor de la Mesa Central de EL TIEMPO, se escucharon voces de las víctimas (ver notas anexas). Alejandra Rodríguez, hija del administrador de la cafetería Carlos Rodríguez, y Eduardo Matson, víctima de torturas, coincidieron en la exigencia de verdad y justicia en los hechos de 1985.FORO U EXTERNADO Foto:FORO U EXTERNADO‘Ondear la bandera del M-19 ofende a las víctimas’El exministro de Justicia, Carlos Medellín, hijo del exmagistrado Carlos Medellín Forero, recordó el ambiente de amenazas que rodeó a las altas cortes antes del ataque del M-19 los días 6 y 7 de noviembre de 1985 al Palacio de Justicia. Según relató, los magistrados eran objeto de presiones, y amenazas por las decisiones judiciales que tramitaban.“Las amenazas no solo eran telefónicas, sino también por escrito. Eran advertencias directas a los magistrados, dirigidas incluso a sus familias y a sus hijos. En el caso de mi padre, le decían que ‘era un firme candidato para ocupar un lote en Jardines de Paz’ ”, sostuvo.El hijo del magistrado Medellín también se refirió a la responsabilidad del movimiento guerrillero M-19. “Cuando vino el proceso de paz y se hizo la propuesta del indulto y la amnistía, nosotros preguntábamos: ‘¿A quién y por qué perdonamos?’. Reclamábamos que se dijera la verdad y se garantizara la verdad y la reparación. Nada de eso sucedió”, señaló.Toma del Palacio de Justicia por parte del grupo guerrillero M-19, el 8 de noviembre de 1985. Foto:Archivo de EL TIEMPOSobre el significado que hoy tiene la memoria del M-19 en la vida política del Colombia, Medellín consideró que persisten heridas abiertas en torno a la verdad y la reparación. “Frente a la no repetición, ondear la bandera del M-19 hoy es un acto de irrespeto contra las víctimas del Palacio de Justicia, civiles y magistrados. Así como hay líderes del M-19 que han reconocido estos hechos y han pedido perdón, hay otros que pretenden graduar como héroes a los asesinos y es muestra del desprecio que tienen por la vida”, expresó al respecto el hijo del entonces magistrado.‘Había que eliminar a los autores del tratado’El jurista Mauricio Gaona, hijo del exmagistrado de la Sala Constitucional Manuel Gaona Cruz, afirmó que la memoria de la toma del Palacio de Justicia debe construirse a partir de los hechos comprobables y no de versiones de X. “El incendio lo inició el M-19. (Se) inició porque esa era una de las razones para tomarse el Palacio de Justicia. Era muy fácil asesinar a los magistrados fuera de estas edificaciones: la razón de la toma era quemar las solicitudes de extradición y las pruebas de los expedientes. Había que eliminar a los autores intelectuales del tratado y los archivos materiales”, dijo.Gaona aseguró que no tiene duda de que a su padre lo mató la guerrilla por un encargo de lo narcos. “Siempre me quedará en la memoria que Manuel Gaona Cruz estaba investigando a Pablo Escobar y, el día de la toma, él salió con la ponencia de la exequibilidad debajo del brazo”, señaló.Toma Palacio de Justicia Foto:Felipe Caicedo. Archivo EL TIEMPOLas declaraciones de Gaona se dieron en respuesta a la versión difundida por el presidente Gustavo Petro, antiguo militante del M-19, según la cual la muerte del magistrado fue por acción del Ejército. Frente a ello sostuvo que hay pruebas concretas que lo desmienten. “Las pruebas son incontrovertibles. Entre ellas, los testimonios de quienes estaban en el baño del mezanine (donde ocurrieron las muertes). Los estudios balísticos, además, comprueban las posiciones del tirador. Ahora nos quieren hacer creer la versión de cómo murió Gaona Cruz de uno de los camaradas del M-19, que es el Presidente de la República, quien aseguró que salió con vida. Esa es una de las grandes mentiras del Palacio de Justicia”, afirmó.El mensaje de los afectadosAlejandra Rodríguez tenía poco más de un mes de edad cuando su padre, Carlos Rodríguez, se convirtió en uno de los desaparecidos de la cafetería del Palacio, que administraba. Tras 40 años, dice que no pierde la esperanza de al menos poder enterrar sus restos. Por su lado, Eduardo Matson, estudiante del Externado que fue víctima de torturas en una unidad militar, asegura que está vivo “de milagro” y que sigue esperando la justicia en su caso.Redacción JusticiaJusticia@eltiempo.comMás noticias de Justicia:
