Las dos tragedias viales causadas por conductores ebrios en Bogotá en menos de quince días ponen de nuevo los ojos del país sobre una de las cinco causas históricas de accidentes fatales en el país: el consumo de trago y otras sustancias.El balance es trágico. A las dos víctimas fatales del 31 de octubre, los motociclistas Viviana Marcela Suárez y Carlos Mario Cavadía, se suman ahora Estefanía y Martín, los dos menores de edad arrollados, junto con otros miembros de su familia, por un taxista borracho el pasado fin de semana y que tienen cuadro de muerte cerebral. Otras 11 personas heridas completan el saldo dejado por los irresponsables al volante en la capital de la República.El accidente ocurrió en el occidente de Bogotá. Presunto responsable se fugó. Foto:X: @PasaenBogotaEl responsable de la muerte de Viviana y Carlos Mario sigue prófugo. Entre tanto, el taxista, José Chalá, admitió ayer responsabilidad por los cargos de tentativa de homicidio dolosa y lesiones personales agravadas. Fue enviado a prisión.Dos menores, con muerte cerebralEn el accidente del sábado, en Bogotá, dos menores se llevaron la peor parte. Uno de 7 años sufrió lesiones graves en la cabeza y las piernas. Y a una niña de 15 años se le estalló un tumor en la cabeza y tiene fracturas en la pelvis y las costillas; una de ellas perforó un pulmón y le causó una hemorragia. Ambos presentan muerte cerebral y los médicos les dieron 72 horas para que muestren mejoría; de lo contrario, serían desconectados. Otra menor de 12 años está en observación pediátrica con trauma craneoencefálico leve y trauma de tejidos blandos. Presenta evolución satisfactoria, según los médicos.Desde la Subred Integrada de Servicios de Salud Centro Oriente informaron que, para la atención de estos tres pacientes, que permanecen en el Hospital Santa Clara, se ha dispuesto de un equipo médico y tecnológico especializado. “Sus familiares están recibiendo acompañamiento”, señalan en un comunicado.El Hospital Santa Clara. Foto:Sergio Acero. EL TIEMPOA pesar de todas las campañas –la más conocida de los últimos años, ‘La tengo viva’– y de los duros comparendos por consumo de alcohol, más nombres siguen sumándose a una larga lista de víctimas. Entre enero y septiembre la Policía reportó 4.111 pruebas positivas de alcoholemia de un total de 142.691 realizadas. Para el mismo corte del año pasado, las positivas fueron 4.495. Entre tanto, el Simit, que es el sistema que recoge las estadísticas nacionales (comparendos impuestos por Policía y agentes de tránsito civiles) reporta casi 10.000 multas por manejar bajo el efecto del trago y otras sustancias.Aunque no hay estadísticas actualizadas, un informe de Medicina Legal que recogió datos de tres años (2016-2018) encontró que hasta un 10 por ciento de personas fallecidas en accidentes de tránsito presentaban algún grado de embriaguez alcohólica y no alcohólica (por sustancias).Taxista arrolló a 11 personas en Bogotá. Foto:Redes sociales.El número recoge tanto a conductores y acompañantes fallecidos como a peatones, por lo que una vez más no hay información confiable sobre la magnitud del problema.En 2024, en al menos 120 casos de accidentes que dejaron muertos en el país se registró la embriaguez de la persona que iba conduciendo, según datos parciales conocidos por este diario.Entre los expertos hay alertas porque, por un lado, el avance de los procesos penales contra los conductores que provocan accidentes es mínimo (uno de cada diez casos llega a juicio en Bogotá, la ciudad con mayor cobertura judicial del país). Por el otro, cada vez hay más casos de conductores que no están borrachos pero sí bajo el efecto de las drogas, una situación que suele escapar de los controles de las autoridades.“La Ley 1696 de 2013 fijó diversas sanciones por conducir bajo el influjo del alcohol y otras sustancias psicoactivas, y tuvo efectos en el corto plazo. Sin embargo, la sensación de control se diluyó, junto con la falta de efectividad en el cierre del ciclo de la sanción, y se perdió el efecto disuasivo y preventivo. Los hábitos de consumo de sustancias psicoactivas han cambiado, especialmente entre la población más joven, y la crisis sanitaria trajo consigo nuevos hábitos de consumo de medicamentos en la población mayor. Los controles de ebriedad alcohólica son significativamente menos frecuentes y los de ebriedad no alcohólica no se practican en ninguna parte del país”, advierte Medicina Legal en el informe Forensis.Accidente en Av Mutis Foto:SuministradaEl penalista Felipe Alzate explicó que cuando hay víctimas mortales, los casos se suelen tomar como homicidios culposos y no dolosos. Es decir, que no se cometieron con la intención de generarle la muerte a otro. Sin embargo, advierte que la Corte Suprema ha venido cambiando de postura en sus decisiones.“Actualmente es posible que un ciudadano en estado de embriaguez responda a título de dolo eventual. En el caso del taxista, si bien este no tenía la intención de causar un daño o la muerte, sí se analizó que con su conducta se podía generar un accidente y fue indiferente a ello. En ese tipo de casos se debe condenar por el delito en su modalidad dolosa, lo que genera una pena más alta”, dijo.Esto se sabe. Foto:Redes sociales.Eso, sin embargo, pasa en pocos casos. Entre los más recordados está el de Enrique Vives, que en 2021 mató a seis personas luego de atropellarlas en Santa Marta. Esa vez se habló incluso de una indemnización a las víctimas en aras de obtener beneficios judiciales, lo cual está amparado en la ley.Una opinión similar la dio José Stalin Rojas, director del Observatorio de Logística y Movilidad de la Nacional, quien recalcó que el país está demorado en tomar a los borrachos al volante como homicidas a los que hay que subirles las condenas.“Cuando se conduce en estado de embriaguez el conductor conoce los riesgos de esta situación y que las probabilidades de accidente se aumentan exponencialmente. Las penas deben ser severas por esta conducta. En este caso en particular, no solamente deberían quitarle la licencia de conducción, sino cárcel por asesinato”, subrayó Rojas.Proyecto en Senado busca cárcel para quienes manejen ebriosEl Congreso estudia el proyecto de ley “¡No más borrachos al volante!”, que busca modificar el Código Penal para incluir la conducción en estado de embriaguez o bajo los efectos de sustancias psicoactivas como un delito de peligro común.La propuesta, radicada la semana pasada por el senador Gustavo Moreno, plantea que quien conduzca un vehículo con un grado de alcoholemia igual o superior al nivel 2, o bajo el efecto de sustancias psicoactivas que generen dependencia física o psíquica, enfrente penas de prisión de entre 24 y 48 meses, y multas de 13 a 75 salarios mínimos legales mensuales vigentes. El proyecto también propone que las autoridades de tránsito adopten medidas cautelares sobre el vehículo involucrado, como su embargo, para garantizar el pago de multas y la reparación de las víctimas.El senador Moreno afirma que no obstante las diversas reformas implementadas en los últimos años –encaminadas a establecer un marco normativo más efectivo en la prevención de siniestros viales asociados al consumo de alcohol–, su impacto ha sido limitado y se necesitan medidas oportunas para reducir y prevenir la siniestralidad derivada de conductores ebrios.Redacción Justicia

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