El mayor telescopio del hemisferio norte está ya un poco más cerca de España. El consorcio del Telescopio de Treinta Metros acaba de anunciar que está explorando llevar la instalación a la isla de La Palma, en Canarias, después de la “generosa oferta” del Ministerio de Ciencia de España. En julio, la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, se comprometió a poner 400 millones de euros para que la instalación se construya en la isla de La Palma, en Canarias. Si la oferta convence finalmente al consorcio que controla el proyecto, España sería la sede del mayor observatorio óptico del hemisferio norte, que tomaría el relevo del Gran Telescopio de Canarias.El organismo que controla el proyecto, con un coste total de 3.000 millones de euros, ha dicho que la oferta es “una oportunidad” para hacerlo realidad. Aunque la ubicación final aún non esté decidida, el organismo ha anunciado hoy que “desarrollará conjuntamente con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades una hoja de ruta detallada hacia la posible realización del TMT en el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma, España)”.El board del Telescopio de Treinta Metros (TMT) reconoce la solidez de la propuesta del Gobierno de España y avanza en la hoja de ruta para instalarlo en La Palma.Seguimos trabajando para convertir el cielo canario en el principal observatorio astronómico del hemisferio norte. Diana Morant (@DianaMorantR) November 12, 2025

El proyecto, impulsado por Estados Unidos, y ubicado inicialmente en la isla de Hawái, está en la cuerda floja debido a que el Gobierno de Donald Trump ha cancelado su financiación. El recorte es la oportunidad más clara que ha tenido España de llevarse a casa esta instalación puntera, pues La Palma ya había sido elegida como localización alternativa por la calidad de sus cielos.La construcción del TMT en Estados Unidos se enfrenta a la férrea oposición de los nativos, ya que se levantaría en la montaña de Mauna Kea, una montaña sagrada para ellos, donde ya hay varios observatorios de primer nivel. En 2019, el consorcio del telescopio, formado por Japón, Canadá, India y varias universidades estadounidenses, entre ellas la de California, decidió seguir adelante con esta ubicación. Pero el Gobierno de Trump ha decidido no gastar ni un dólar más en este proyecto, desviando 1.600 millones de dólares a otro gran proyecto astronómico, el Telescopio Gigante Magallanes, que se construirá en Chile. La decisión fue una sorpresa, pues un panel de científicos de Estados Unidos había recomendado la construcción de ambos proyectos.La iniciativa afronta ahora una importante incertidumbre. Ya se han gastado unos mil millones de dólares en el diseño del proyecto, hay asegurados otros mil, pero hacen falta mil más para poder construirlo, según explicó a EL PAÍS el director del Instituto de Astrofísica de Canarias, Valentín Martínez-Pillet. El astrónomo opina que la forma de conseguir los 600 millones que aún faltan es a través de una iniciativa europea que asegure la financiación completa para la construcción, que llevaría 10 años.La selección de La Palma equilibraría la balanza de la astronomía mundial. Los mayores observatorios del mundo están en Chile, país donde está la sede del Observatorio Europeo Austral, donde se está construyendo el Telescopio Extremadamente Grande y también el Magallanes. Si el TMT va finalmente a Hawái, el cielo del hemisferio norte se quedaría desatendido, dejando de lado importantes descubrimientos posibles, por ejemplo, el de un segundo planeta Tierra.Los defensores de la opción canaria aseguran que el TMT se podría empezar a construir de forma inmediata, pues el proyecto cuenta con todos los permisos necesarios, válidos hasta septiembre de 2026.El proyecto sería clave para la economía de la isla, especialmente tras el desastre de la erupción del volcán Tajogaite. Dejaría unos 400 millones de euros en construcción y generaría unos 150 puestos de trabajo de operadores del observatorio, y varias decenas de millones de euros en operaciones cada año, según los cálculos del IAC. El proyecto duplicaría la contribución de la astronomía al PIB de la isla hasta suponer el 6%. La apuesta española tiene además un sentido de emergencia: si el TMT no llega, las instalaciones astronómicas de la isla quedarán obsoletas en unos 10 años, alertaba el director del IAC.La sobras en Mauna Kea, la montaña más alta de Hawái, arrancaron en 2014, y nunca llegaron a despegar. Los opositores cortaron las carreteras y paralizaron la construcción. El proyecto fue criticado con una campaña de mentiras en redes sociales, como que la instalación era un arma láser controlada por China o que funcionaría con energía nuclear. Al mismo tiempo comenzó una larga batalla legal que terminó en 2019. Aun así, la edificación ha estado completamente parada hasta ahora.En España, en cambio, el proyecto siempre ha contado con el apoyo de todas las instituciones competentes en todos los niveles. El anterior ministro de Ciencia, Pedro Duque, se afanó en traer el TMT a Canarias. Tras el revés presupuestario en Estados Unidos, el proyecto de albergar esta instalación volvió a ser una posibilidad y el IAC comenzó a llamar a las puertas de las autoridades para resucitarlo.

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